jueves, 21 de septiembre de 2017

Torpedo 1972

Torpedo 1972

Autores: Eduardo Risso (dibujo), Abulí (guion).
Editorial: Evolution Comics (Panini Comics)
Formato: 64 páginas, color, tapa dura.
Año de publicación: 2017
Precio: 15€





Torpedo no tiene amigos y muy pocos enemigos. De los primeros no se fía y eso explica que haya alcanzado una edad tan avanzada; a los segundos los ha enterrado a casi todos, e incluso ha llegado a ir al sepelio de unos cuantos, para asegurarse de que no volverían a causarle problemas.

Si alguna vez habíamos creído que no volveríamos a cruzarnos con el pendenciero asesino Luca Torelli, no podríamos haber estado más equivocados, pues el infame Torpedo nunca ha estado muerto, quizás tan solo olvidado en un retiro forzoso desde el que ha visto como los años pasaban sin piedad. Quizás su sombra haya empequeñecido y su carácter se haya agriado (más todavía), pero no nos dejemos engañar por las apariencias, Torpedo no es un vulgar anciano cascarrabias sentado en un banco del parque viendo la vida pasar, es el mismo diablo de siempre, frio y cruel, envuelto ahora en una carcasa más veja. Los años lo han tratado mal, su vida no es aquella escena de lujo y excesos que fue en sus buenos tiempos; pero aun malviviendo en un sucio cuchitril sigue en pie y sigue vivo, que es más de lo que pueden decir muchos de sus rivales.

Enrique Sánchez Abulí recupera a su más célebre e icónico personaje, no diré aquello de amado y odiado a partes iguales por sus lectores, pues es difícil amar a este siniestro asesino; pero que sí produce esa extraña atracción hacia su hipnótico halo de perversión y rudeza. Vuelven los juegos de palabras y retruécanos del maestro argentino, vuelve el retrato crudo y sin contemplaciones del asesino a sueldo, vuelve el relato negro en estado puro y todo ello lo hace en esta inesperada continuación de la vida de Luca Torelli, a quien todos dábamos por muerto. Abulí nos propone ahora una historia crepuscular que nos remite a los años de senectud del personaje, en una Nueva York muy cambiada, donde él ya no es el amo. Pero aunque su fama ha menguado, no ha hecho igual su genio desde su retiro en el olvido. La situación cambiará cuando una pareja de reporteros entrometidos decida hurgar en la basura del pasado, en busca de un suculento reportaje con el que ganarse la gloria; sin saberlo habrán despertado a un fantasma aletargado que aún no ha quemado su último cartucho.


Con el manuscrito sobre la mesa, quedaba la peliaguda cuestión de cómo sustituir al maestro Bernet a cargo del dibujo de Torpedo tras tantos años de trayectoria. Pero la elección final no podría haber sido más adecuada, al subirse al barco el argentino Eduardo Risso. Artista catapultado a la fama (años ha) por la no menos célebre serie de género negro “100 Balas”. Maestro creador de atmósferas, inigualable a la hora de captar el espíritu del lugar y el momento, capaz de plasmar la rudeza y sordidez en sus escenarios, es quien ahora pone sus lápices al servicio de esta historia ambientada en los bajos fondos de Nueva York a inicios de los 70, y que pedía a gritos su talento.

El resultado ha sido inmejorable, aunque, si bien a los viejos conocidos y lectores de Torpedo les satisfará sobradamente, quizás al nuevo lector se le antoje algo escasa esta historia titulada “A propósito del Mar Muerto”, que bien valdría como una nueva presentación del personaje, pero que supone tan solo el primer capítulo de una serie que promete prolongarse por mucho tiempo. Y es que Torpedo ha vuelto y lo ha hecho para quedarse.

Es Panini Cómics, bajo su sello Evolution Comics quien ha publicado este tomo en formato de tapa dura al precio de 15€; que incluye un prólogo y un relato breve a cargo de Sánchez Abulí, además de una galería con el diseño de personajes realizado por Eduardo Risso para la ocasión (un adelanto aquí).

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