martes, 5 de septiembre de 2017

Entrevista a Cameron Stewart


Durante el pasado mes de agosto el festival Viñetas desde o Atlántico celebró su vigésima edición en la ciudad de A Coruña, con un brillante plantel de artistas invitados/as entre los que se encontraba el canadiense Cameron Stewart, uno de los valores en alza del mercado americano, coautor de la flamante y exitosa revisión de “Batgirl”, “El club de la lucha 2” secuela de la novela de Chuck Palahniuk, “Assassin’s Creed: the fall” o su personal novela gráfica “Sin título”, con las que se ha convertido por méritos propios en uno de los artistas del momento. Y hasta allí se trasladó nuestro reportero Roberto M. Lamosa, quien con la inestimable ayuda de la intérprete Tati Mancebo pudo entrevistar al afable artista canadiense,  que compartió unos gratos momentos con nosotros para hablar sobre su carrera y trabajos más recientes.

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Haciendo un rápido repaso a tu carrera artística me resulta especialmente llamativo el hecho de que seas un artista de formación autodidacta que en pocos años ha logrado convertirse en una de las figuras más importantes de la escena actual del comic ¿En qué momento supiste que te querías dedicar a esto?

Realmente no lo sé, no puedo recordar el momento exacto, sé que siempre he dibujado desde que era un niño y leía un montón de cómics también. Creo que fue en algún momento durante mis años de instituto, cuando empecé a prestar atención y tomar nota de determinados escritores y artistas y fijarme en cierto material, sin importar mucho quién lo hiciera. En esa época me empecé a dar cuenta de que mucho de lo que me gustaba eran obras de Grant Morrison, Alan Moore… y así es como empecé a interesarme en los cómics como un medio no sólo para contar historias, sino también como una carrera profesional, era consciente de que la gente se ganaba la vida haciendo esto.


Ya que mencionas a Grant Morrison, tus comienzos están más vinculados al mundo de la animación, pero tu salto al mundo del cómic llegaría gracias la ayuda de Grant. Y de esa colaboración surgirían títulos realmente importantes.

Fue un proceso excitante, pues uno de mis primerísimos proyectos en cómic fue trabajando en su serie “Los invisibles”, una historia épica de larga duración. Yo era un gran fan de ese cómic, así que decidí ir la Comic Con de San Diego con mi portfolio bajo el brazo, quería encontrarme por cualquier medio con la editora de “Los invisibles”. Finalmente le pude enseñar mi trabajo tanto a ella como a Grant y les gustó, así que me dijeron que me darían una oportunidad en la serie. Lo que ocurrió es que cerca del final de toda la serie hubo un par de capítulos dibujados por diversos artistas, cada uno se encargó de una serie de páginas. Así que yo dibujé mi parte, estaba realmente emocionado por ver por fin salir mi trabajo en las librerías, pero cuando finalmente lo hizo… realmente no me gustó nada el resultado, me pareció que todos los demás artistas eran terribles (risas)… Yo era joven y arrogante y hablaba más de lo que debía. Era mi primer trabajo en cómics, quiero decir, que yo aún era más un fan que un artista, así que fui a internet y empecé a quejarme del cómic. Lo que ocurrió es que casi destruí mí carrera, mi editora leyó todos mis comentarios y contactó conmigo de inmediato; básicamente no es que me amenazara pero… recuerdo que me dijo – tienes suerte porque eres joven y me caes bien, porque de lo contario no volvería a llamarte para trabajar. Lo bueno del asunto es que Grant también leyó aquellos terribles comentarios y pensó, aquí hay alguien apasionado que realmente entiende mi trabajo, ya que todas mis quejas sobre los demás artistas eran las quejas de un fan diciendo que nadie había entendido lo que estaban dibujando, posiblemente porque no habían trabajado en ese libro antes, ni lo habían leído. Pero Grant creyó que yo había comprendido claramente lo que él estaba haciendo y que yo era un auténtico apasionado de su trabajo. Así que cuando llegó el momento de publicar la edición colectiva permanente de “Los invisibles” me pidió específicamente a mí que redibujara algunas de las secuencias hechas por algunos de aquellos artistas. Y así empezó nuestra relación artística, él estaba realmente satisfecho porque yo era capaz de entender lo que él intentaba expresar, así que entré a formar parte del pequeño círculo de artistas con los que le gustaba trabajar.

Iba a preguntarte precisamente por qué vuestra relación profesional había durado tanto tiempo, pero ya veo que desde el principio hubo una conexión especial…

Sí, creo que vio claramente que yo era alguien que podía trasladar sus ideas a las páginas, ya sabes… una del puñado de personas en las que confiaba…

¿Y realmente esperabas que él iba a leer tus comentarios en internet?

(Risas) No, en absoluto, ni se me había pasado por la cabeza. Yo era joven y estaba enfadado, puse todo eso en internet para que lo leyeran otros fans, no el autor. Ahora ya estoy muy prevenido de todo eso, cualquier cosa que escribas en internet puede ser leída por cualquiera (risas)… A pesar de todo, aquello jugó a mi favor, aunque estuve realmente asustado por estar a punto de arruinar mi carrera, pero al final todo acabó bien.

Demos un pequeño salto para hablar de tu trabajo en la serie A.I.D.P. (el capítulo “Exorcismo” aún no publicado en España en la fecha de la entrevista). Me gustaría saber cómo fue tu forma de llegar a esta serie y si volveremos a ver futuras colaboraciones en ella.

Llegó después de que Dark Horse publicara mi propia novela gráfica “Sin título”. Mi editor para ese libro también era el editor de A.I.D.P. y Hellboy. A él le emocionaba la idea de que yo trabajara haciendo algo en alguna de las dos series y vio una oportunidad en el personaje protagonista de esta historia… En realidad yo no la creé, el personaje aparecía con anterioridad en un comic, pero tenía un rol menor. Así que vieron una oportunidad para cogerla y expandir su historia. Creo que realmente solo querían brindarme la oportunidad, porque en ese punto yo no había escrito material profesionalmente, solo había escrito mi propio libro, pero no había escrito nada para una gran editorial. Creo que simplemente quisieron ayudarme a abrirme el camino, me dijeron que podía escribir algo si quería y así lo hice. Mike Mignola tiene en realidad el control completo de todo, ya sabes… básicamente yo escribí mi guion y Mike lo repasó, dándome un montón de notas útiles, al fin y al cabo él es conocedor de su propia mitología en el universo Hellboy y todo eso junto aparece ahí. Así que sí, realmente fue una oportunidad única poder trabajar en ello, pero no creo que mi participación vaya a ser mayor que la de ese episodio… quién sabe.

Hablando de “Sin título”, resulta llamativo ver que aun moviéndote bastante por el circuito mainstream hayas tenido tiempo para crear una obra tan personal, obra que de hecho comenzó como webcómic y posteriormente sería publicado en formato físico, con la que obtendrías varios galardones. Me surgen dos preguntas, ya que tú mismo lo defines como un thriller de aventura y terror, pero al mismo tiempo dices que también es autobiográfico ¿Es eso posible?

(Risas) Es gracioso, porque es muy autobiográfica y la gente nunca me cree cuando lo digo; las partes que son verdaderamente autobiográficas son aquellas que nunca creerías que lo son, aquellas que parecen más fantásticas e imposibles son aquellas que dibujé a partir de una experiencia directa, algunas vienen de sueños que he tenido, otras de las impresiones emocionales que preservo de mi infancia… que puede que no sean estrictamente exactas a cómo sucedieron, pero son tan cercanas como fui capaz de plasmar al concretar esos recuerdos. De modo que sí, todos los personajes que aparecen son o gente que conocí, o mis padres… el personaje principal en muchos sentidos está basado en mí mismo, un par de cosas fueron cambiadas, claro, para no hacerlas tan reconocibles. Es el trabajo más personal que haya hecho nunca, sin duda… (risas).

Y la segunda pregunta es ¿Te sientes más cómodo teniendo control absoluto de la obra, como en este caso, donde la has escrito, dibujado y publicado; o prefieres las colaboraciones con otros autores?

En realidad prefiero continuar escribiendo y dibujando el material con el que trabajo, me siento más feliz manteniendo el control. Indudablemente colaboro mucho y las colaboraciones tienen sus beneficios, mis debilidades se compensan con las fortalezas de la otra persona y viceversa. En ocasiones es más fácil trabajar con alguien, porque gran parte del trabajo difícil ya está hecho, me entregan el guion y es algo de lo que ya no me tengo que preocupar ¡y eso está genial! Pero después… ilustrar la historia de otra persona es algo puramente visual…  En definitiva, fijándome en mi carrera prefiero contra mis historias y no las de otro.

Hablemos de “El Club de la lucha” ¿Cómo acabó ese proyecto en tus manos?

Bueno, cuando escuché por primera vez que se planeaba hacer una secuela de “El club de la lucha” me pareció una idea terrible; como tantos otros yo era un gran fan de la obra de Chuck, el impacto cultural de “El club de la lucha” es innegable y pensar en una continuación incluso me pareció innecesario. Pero por otra parte pensé – si alguien va a hacer ese trabajo tengo que ser yo – Así que lo que hice fue dibujar un puñado de páginas adaptando uno de los capítulos de la novela y se las mostré al editor de Dark Horse que llevaba el proyecto, básicamente fue como hacer un casting para dibujar el cómic. No sé si fue por eso o porque vieron mi entusiasmo por querer formar parte de ello, pero de alguna manera les convencí.

Me imagino que el proceso creativo debió ser especialmente colaborativo entre Chuck Palahniuk (autor de la novela original), Dave Stewart (colorista), tú mismo y el equipo editorial. Quiero decir… Chuck es un veterano novelista pero un recién llegado al mundo del cómic ¿Fue difícil trabajar con él?

No, en absoluto. Chuck siempre tuvo muy claro que quería que su historia fuera un cómic y no cualquier otro formato, pero es cierto que desconocía totalmente el medio. Desde el principio nos entregó un guion completo de la serie, lo cual no es muy habitual y eso me ayudó mucho para hacerme una idea global de cómo afrontar el proyecto, es decir, podía ver la idea, lo que quería contar y hacia dónde quería encaminarla. Pero a medida que le íbamos mostrando los avances de nuestro trabajo él se daba cuenta de la dinámica y funcionamiento de este medio y cómo nosotros debíamos adaptar su guion, es decir, él era consciente de cómo lo habíamos cambiado y de que debía reescribir su texto para este nuevo lenguaje. Ese mismo verano nos reunimos todos en Portland, Chuck, Dave, Nate Piekos, Scott Allie y yo para vernos cara a cara y allí realizamos una tormenta de ideas, yo tenía mis dudas sobre si Chuck sería muy controlador, pero realmente hizo que todo el proceso fuera muy llevadero, siempre confió en que yo sabía cómo hacer mi trabajo, por lo que estaba muy abierto a aceptar ideas. Fue genial poder formar parte de todo ese proceso creativo.
También tuvimos que trabajar mucho en el aspecto gráfico, porque todo tenía que tener un nuevo diseño pero seguir siendo reconocible. Cuando uno piensa en El club de la lucha a su mente vienen rápidamente las caras de Brad Pitt o Ed Norton, pero no podíamos permitir que hubiera ningún parecido con la película, ya que todo eso es propiedad de 20th Century Fox. Así que me propuse dibujar a Tyler, Marla y demás personajes tal y como yo me los había imaginado, tal y como estaban descritos en el libro. Por suerte a él le parecieron muy fieles a los personajes de su novela y enseguida los aceptó. Además queríamos mantener ese aspecto transgresor con el que la película conseguía desafiar a la propia pantalla: secuencias temblorosas y desenfocadas, personajes hablando al espectador, imágenes que aparecen y desaparecen… En el cómic todavía se puede ver mucho de eso: elementos que invaden las páginas, viñetas que se desmoronan… Dave Stewart también hizo magia con sus colores, en ocasiones incluso puedes ver cómo éstos se desplazan de las viñetas cuando los personajes reciben un buen golpe…

Sobra decir que “El club de la lucha” fue una novela de culto que posteriormente se convertiría en una película de culto, ambas tan veneradas como malinterpretadas, pero en cualquier caso con una legión de fans alrededor del mundo ¿Sentisteis mucha presión mientras trabajabais en esta secuela?

Cierto, no niego que teníamos un trabajo difícil entre manos. Si te das cuenta la historia fue muy mal entendida por los fans, es decir, Tyler Durden es el malo de la película, pero la gente no lo veía así, defendía sus actos, o repetía sus frases como un mantra absurdo…

Quizás el esquema cinematográfico clásico de protagonista-héroe diera lugar a tal idea…

Sí, puede ser… pero ciertamente no era el bueno, puedes estar más o menos de acuerdo con su ideario, pero Tyler hacía cosas terribles para conseguir lo que quería… es una locura (risas), pero mucha gente no lo vio así. Desde luego Chuck cuenta con una apasionada audiencia y sabíamos que habría mucha expectación cuando se publicara el nuevo cómic, pero es algo que no nos iba a afectar, me preocupaba más hacer una obra accesible para un público no muy familiarizado con los cómics. Lo cierto es que Chuck reescribió varias veces la historia a medida que ésta avanzaba y se podría decir que en gran medida de eso trata la propia historia.

Tampoco podemos dejar de hablar de “Batgirl”, donde formaste equipo artístico con Brenden Fletcher y Babs Tarr, y de donde salió uno de los títulos más rentables y sorprendentes de los últimos años. La cuestión es si este éxito fue algo realmente inesperado para vosotros o ya veíais una veta de oro cuando os ofrecieron el proyecto.

En realidad ambas cosas. Todo esto ocurrió cuando las oficinas de DC se estaban trasladando de Nueva York a California, en ese momento me ofrecieron hacerme cargo del título de Batgirl en un intento para relanzar la serie, pero yo ya estaba embarcado en otro proyecto simultáneamente, así que se me ocurrió preguntarle a Brenden si le gustaría trabajar conmigo en esta serie. Brenden y yo somos amigos desde hace muchísimos años y como os digo compartíamos la misma visión sobre cómo deberían ser los cómics de superhéroes, así que pensé que sería la persona más adecuada con la que trabajar en esto. La cuestión era que por aquel entonces toda la línea editorial de DC estaba plagada de series muy parecidas a lo que nos proponían, historias muy oscuras, sangrientas, llenas de asesinos en serie… ya os podéis hacer una idea. Pero nosotros queríamos romper con eso, les propusimos hacer algo totalmente diferente, si íbamos a iniciar una nueva etapa del personaje queríamos hacerlo de otra manera y ahí es donde entró Babs; yo seguía su trabajo desde hace tiempo y me encantaban sus diseños, sin duda podía aportar un dibujo con mucho más estilo y una nueva imagen más a la moda y juvenil, acorde a lo que queríamos. Pero el problema es que ella nunca antes había trabajado en cómics, tuvimos que convencer a nuestros editores para meterla en el equipo, pero finalmente lo conseguimos. Estábamos seguros de que podríamos alcanzar a un nuevo público que hasta ahora se escapaba si abandonábamos esa línea oscura que estaba siguiendo la editorial, y mira… funcionó. No solo a los lectores habituales les gustó, sino que además alcanzamos a un nuevo público, joven, incluso muchas chicas que podían identificarse con Batgirl. Desde luego la editorial aprendió de la experiencia porque desde entonces ha repetido la fórmula con otros títulos, algo muy rentable económicamente a muchos niveles, incluso una vez que acabamos la serie, de hecho existe toda una línea de merchandising de Batgirl: ropa, tazas, muñecos… por la que por cierto no hemos visto ni un centavo (risas).

Y tu colaboración con Brenden y Babs se ha prolongado con vuestro más reciente trabajo, aún no publicado en España, titulado “Motor Crush” ¿Qué nos puedes contra de él?

Ehhhh… pues es un proyecto personal en el que queríamos meternos desde hace tiempo. ”Motor Crush” es una historia de ciencia ficción y acción, ambientada en una sociedad futura donde las carreras de motos se han convertido en el deporte más popular y los pilotos son auténticas celebridades; Domino Swift es la protagonista, una ruda motorista que por el día compite en la liga oficial, pero por las noches participa en violentas carreras ilegales por las calles de la ciudad, enfrentándose a bandas rivales en una pelea para controlar una sustancia llamada crush, una extraña droga, pero una droga que no es para las personas sino para las motos (risas), que las hace más potentes y también crea una dependencia en ellas.
Veníamos de hacer Batgirl, que estaba orientada hacia un público más juvenil y nos apetecía hacer algo más… duro, quizás para un público más adulto. En este trabajo hay cierta influencia de obras como Akira, Speed Racer, etc… En “Motor Crush” habrá bastante aventura, violencia, quizás algo de sexo, pero también habrá tiempo para algo de romance; Domino tiene una relación conflictiva con su exnovia, pero durante el transcurso de estas carreras volverán a encontrarse y claro… intentará recuperar los lazos perdidos. Y por supuesto está el misterio de por qué es tan importante para ella conseguir esa droga a cualquier precio.

¿Pero realmente se sabe qué es el crush, o es algo que nunca llegaremos a conocer?

(risas) Sí, bueno… es algo que sé desde el principio, incluso antes de escribir la historia, pero no podemos decirlo (risas)… Ahí está el meollo de la cuestión.

Para terminar… ¿presentes o futuros proyectos?

Bueno… no puedo decirte nada concreto, pero sigo muy entusiasmado con continuar haciendo cómics, con “Motor Crush”, escribir, quizás repetir la experiencia con videojuegos o algo en audiovisual… es muy pronto para poder decir nada.

Bueno Cameron, pues solo puedo agradecerte el tiempo que has tenido para nosotros y desearte lo mejor en esos proyectos. Mientras tanto esperaremos impacientes por “Motor Crush”.

Gracias a vosotros, ha sido un placer.


Conferencia de Stewart en Viñetas desde o Atlántico 2017.

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Nuestros agradecimientos a toda la organización de Viñetas desde o Atlántico por hacer posible este encuentro. Y a Tati Mancebo por su inestimable ayuda con la traducción y sus valiosos aportes a esta entrevista.


Roberto M. Lamosa

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