Hace escasas semanas tuvimos ocasión de conocer al veterano artista Vicent Llobell Bisbal, popularmente conocido como Sento. El curtido autor y dibujante valenciano se encontraba inmerso en plena gira de presentación de su última y más personal obra publicada hasta la fecha, "Dr. Uriel", el conmovedor y apasionado relato que recoge las azarosas vivencias del Doctor Pablo Uriel durante los años de la Guerra Civil española. Y aprovechando el paso del artista por tierras gallegas no dejamos escapar la ocasión para compartir una animada charla con él y conocer algunos detalles más sobre su reciente trabajo.
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Buenas tardes Sento, te encuentras ahora mismo presentando el tomo integral de “Dr. Uriel”, por cierto y para quien no lo sepa, basado en la vida real de Pablo Uriel, cuya salida coincide muy oportunamente con el 80 aniversario del inicio de la Guerra Civil Española ¿Cuéntanos, cómo surge el interés por esta historia?
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Buenas tardes Sento, te encuentras ahora mismo presentando el tomo integral de “Dr. Uriel”, por cierto y para quien no lo sepa, basado en la vida real de Pablo Uriel, cuya salida coincide muy oportunamente con el 80 aniversario del inicio de la Guerra Civil Española ¿Cuéntanos, cómo surge el interés por esta historia?
El relato me interesa cuando
lo conocí en los años 70, a raíz de unos manuscritos de mi suegro, contando lo
que él vive en la guerra. Vi aquella historia, una historia gráfica que me
pareció interesante al segundo. Pero por otra parte, era consciente de que
cuando yo lo conozco soy muy joven y aunque sí que me interesaban los dibujos, por
aquel entonces era aún un estudiante de bellas artes y creo que en ese momento era
un proyecto demasiado grande para mí, no tenía aún la serenidad, ni el dibujo,
ni el contar necesarios.
Es la clásica historia que yo
he tenido un poco dentro, después de conocer al personaje real, que era mi
suegro, por lo que puedo decir que he estado con él, he convivido con él y le
he admirado mucho. Y ese quizás ha sido otro de los problemas que ha hecho que
me retrasara mucho en hacer este libro. Admiraba tanto a esta persona que todo
me parecía poco. Sucede que yo tengo un estudio gráfico, donde hacíamos mucha
publicidad dibujada, carteles y todo tipo de cosas gráficas, pero en un momento
dado, sobre el 2010, debido a la crisis bajan los encargos muchísimo y me digo,
bueno, este es el momento de empezar. Y así es cuando cojo de nuevo las
memorias de Pablo y busco de alguna manera el poder ponerme en serio con ello.
El problema es que el material era tan grande, que moverlo cada vez que tienes
que hacer un traslado de tu casa, empaquetarlo todo… lo convierte en un trabajo
arduo. Finalmente son unos cinco años lo que finalmente me cuesta hacerlo. Pero
digamos que es una cosa que yo siempre he querido hacer y ahora de hecho estoy
muy feliz, porque de lo contrario siempre lo hubiera llevado como un fracaso. Por
otra parte, muy contento de haberlo hecho ya con sesenta años y no con treinta,
porque a lo mejor con treinta hubiese hecho relatitos de hazañas bélicas o algo
del estilo. Y aquí me ha dado tiempo de buscar las partes que me interesaban de
lo que cuenta Pablo.
Me
imagino que el trabajo de documentación habrá tenido que ser titánico.
Sí, pero ahí me he encontrado
con la colaboración de la familia de Pablo, que ha aportado cantidad de
documentos de la época, como cartas, fotos y otras cosas. Además tuve la gran
suerte de poder contar con mi mujer Elena, que antes trabajaba en un instituto,
pero en el momento que se jubila toma ella las riendas del proceso de reunir
toda la documentación y yo le voy pidiendo también, así que en gran medida es
un mérito de ella. Porque además en determinados momentos ya no es solo lo que
cuenta Pablo, ya no son los documentos; cuando trasladas una historia de estas
a imagen vas a seguir preguntándote cosas como ¿Había esparadrapo en tal año? ¿Y
si lo había cómo era? Pues resulta que estaba enrollado y era una cajita de
madera; todo esto de alguna manera tienes que documentarlo y si puedes ver la
cajita en persona por lo menos haces una cosa que es verosímil. Entonces sí que
es un gran trabajo de documentación en todos los aspectos.
¿Desde
el punto de vista gráfico, resulta especialmente difícil transmitir este
sentimiento de lo que es una guerra al pasarlo al papel?
Sí, en el sentido de que yo tampoco
quería hacer un drama, aunque es un drama indudablemente, donde hay una guerra
con un hombre, durante los mil días que dura la guerra, o su guerra por lo
menos. Este hombre que está condenado muerte por unos y por otros, que se va
salvando de milagro en muchas cosas… pues como ves sí que es dramático todo
ello. Esa es una de las primeras cuestiones que yo me planteaba, por un lado yo
no quiero hacer, porque no lo sé hacer o porque no me interesa, un dibujo
realista. Por otra parte yo tengo ya unos recursos, que en el momento en que yo
empiezo están muy amanerados por el trabajo publicitario y comercial, con lo
cual tengo que buscar un modo de narrar que sea rápido, que sea fácil digamos,
que me permita hacerme cuatrocientas páginas sin tener que sufrir en todas
ellas. Y quería darle un tono que de alguna manera no le dé excesivas luces
negras al relato, que ya las tiene por sí. Es decir, que de alguna manera que
sea un poco soportable lo que estás contando.
No
sé si es especialmente importante que hoy en día, un trabajo como este llegue a un público joven, a esas nuevas generaciones a las que se les
queda un poco lejana esta historia de España ¿Crees que al tratarse de un
formato de novela gráfica se puede lograr alcanzar a un público más amplio?
Eso por supuesto. Nosotros,
los dibujantes de tebeos de hoy, empezamos siendo unos colaboradores gráficos
en revistas periódicas, mensuales, quincenales… Entonces hacías cinco páginas…
siempre eran trozos y el hecho de que desde hace diez o doce años empieza a
establecerse este formato de novela gráfica como una cosa que genera interés
entre un público de lo más diverso, y que las grandes editoriales generalistas abren
división gráfica, hacen que de repente te puedas plantear este tipo de
historias, digamos serias, con más peso (aunque no necesariamente)… Y yo veo
que gracias al formato ahora se puede pensar en esto, cuando tenía treinta años
no se podía pensar…
…
¿Y qué tal está siendo esa respuesta del público? Porque me consta que te has
ganado las alabanzas incluso de gente como Pérez Reverte.
Pues lo que está pasando en
general, fíjate, nos decidimos a hacer esta adaptación del libro de Pablo,
primero porque el libro de Pablo lo ponen como libro de texto en bastantes
institutos. Y nosotros íbamos a los institutos y veíamos la gran posibilidad de
que de este libro pudiese hacerse una adaptación para los jóvenes, porque
mostraban un gran interés, lo veíamos en las preguntas que te hacían, cómo lo
entendían, así que lo hicimos un poco pensando en los jóvenes. Después
efectivamente había tantos jóvenes como “viejos”, que no leían cómic y de
pronto se encuentran con esto y empiezan a ver “Los surcos del azar” de Paco Roca y dicen: coño, yo no compraba
cómic porque creía que solo eran Superman y pandilla. Pero ahora han
descubierto que las novelas gráficas están ahí y no dan vergüencita.
Con respecto a la crítica,
también está cambiando, en mi caso está cambiando porque de pronto me encuentro
con unas cuantas personas importantes a las que les ha gustado y le están dando
visibilidad y lo están impulsando queriendo o sin querer, pero lo están
impulsando. Ha tenido muy buenas críticas, pero yo creo que también gracias a
la existencia de los blogs, que están guiando muy bien al público general, que
solía ser gente a la que esto no le interesa, pero cuando lo difundís hablando
con sinceridad, eso también está ayudando mucho. Sin conocerlos mucho, me metía en estos blogs
y veía que no eran exclusivos de qué se yo… las novedades Marvel del mes de
agosto, al fin y al cabo si quieres conocerlas ya te las dirá el librero. Pero
cuando ves este otro tipo de blogs, donde escriben y te dan opinión de otra
variedad de historias, pues finalmente es algo que ayuda mucho a cambiar la
mentalidad con respecto a los cómics y a nuestro trabajo.
Por
lo que sé este trabajo surgió en realidad como un empeño personal, e
inicialmente mediante la autoedición de los tres volúmenes que conocemos y que
ahora llega en este tomo integral que publica Astiberri ¿Cómo fue tu
experiencia con la autoedición?
Fue bonito, fue bonito
mientras duró. Durante algunos años abandoné un poco los comics porque no había
manera de vivir de ello, entonces monté un estudio gráfico y hacíamos
publicidad y todo esto. Y cuando vuelvo, digamos más adulto, me interesa saber
qué pasó con el mercado, cómo es… Y es cuando ante una serie de dificultades
que me encuentro, como la caída de Sinsentido
en un momento dado, que para mí era una editorial muy justificable, pero no era
económicamente viable, cuando después me meto en Salamandra, pero lógicamente ellos tenían sus planes editoriales,
que a mí me retrasaban demasiado mis planes. Así que es cuando yo me meto en la
cabeza… ¿y por qué no lo auto-edito? Y ahí empiezo un poco a ver si realmente
puedo averiguar dónde se da el dinero, cómo se distribuye, el trabajo de una
editorial… En ese sentido me ha gustado mucho el hecho de haberlo podido hacer,
digamos que es como unos estudios (risas). Yo he hecho tres años de máster de
cómo se venden los tebeos. La conclusión final es que está muy bien, pero si quieres
ser autor y director y distribuidor te falta el tiempo, y si empezaba a buscar
personas que distribuyeran, otra persona que hiciera la prensa y promoción,
llegaría un momento en que eso ya es una editorial y para eso se lo doy a un
señor que tenga ya montado el chiringuito. Además también agradezco la muestra
de interés por parte de Astiberri, que a mi ver es la editorial en este momento
más honrada y que más apoya hoy al
cómic.
Cambiando
un poco de tema y centrándonos en el aspecto gráfico, me imagino que tienes una
preferencia por las técnicas tradicionales a la hora de trabajar ¿Me equivoco?
Bueno, me interesa todo
indudablemente, pero por ahora sobre todo las técnicas tradicionales, entre
otras cosas porque también vendo los originales. Veo que sucede entre mis amigos
más jóvenes… mi vecino, un chico que vende en el New Yorker y cuando viene a casa le escucho quejarse, que quiere
pintar, que quiere hacer dibujo y tal, lo que sucede es que llega un momento en
que te metes en el digital, y zuuum… metes las piernas y ya no las puedes sacar
del fango del digital, me da esa sensación.
Yo compré un Mac en el 91, porque tuve un encargo de
cuatro álbumes y me dije, es el momento, pero siempre lo he tenido un poco de
lado, en el estudio éramos tres personas y mientras una gente trabajaba con el
ordenador, yo estaba por otro lado, hacía otras cosas y bueno... Por supuesto
que he seguido dibujando a mano, porque me parecía más gracioso e iba más con
mi carácter, pero siempre he tenido el auxiliar de saber que existe el ordenador
y que está esa posibilidad; en cualquier caso, normalmente el arte final
siempre acaba en el ordenador y hasta ahora así vamos. Tengo mi pequeña tableta
gráfica pero no me he metido del todo con ella. Doy clases en una escuela
técnica allí en Valencia, y son de dibujo analógico, por ahora me mantengo por
ahí, no le doy demasiada importancia. Además creo que con el tiempo de lo que
te das cuenta es que tienes que aprender a pensar, tener una cultura
interesante en la que apoyarte y pintes con acuarela o con el manga estudio, al final si sabes las
armonías de colores las sabes, en digital y en analógico y si no las sabes no
las sabes. En el fondo es lo mismo pero con diferente instrumento.
Podríamos
hablar de un cierto carácter terapéutico de las técnicas analógicas…
Sí, para mí sí, pero no sé lo
que será para un dibujante de 25 o de 18, no lo sé de verdad. Pero para mí sí,
sí que tiene ese aspecto terapéutico, puedes pasarte toda la tarde dibujando y
tu mente se funde allí. Forma parte de lo que algunos psicólogos llaman el homo faber, es decir, el hombre que
fabrica, el artesano. Un tío que quiere hacer lo que tiene que hacer, lo quiere
hacer bien, porque es un artesano y desea que su producto le quede muy bien.
Puedes poner tu mente en blanco, o centrarla totalmente en lo que estás
haciendo y eso te da una satisfacción por el trabajo bien hecho, además de que
percibes el tránsito de las horas con otro punto diferente.
Por supuesto además de
colorear con acuarela he coloreado con Photoshop, con Freehand, con
Illustrator, pero quizás esa sensación que tienes cuando estás haciéndolo con
acuarela es insustituible, además que hay alguien que paga quinientos euros por
un original hecho a mano (risas)…
¿Cuáles
son los referentes artísticos o narrativos que te pueden influir a la hora de
trabajar?
Te comentaba antes que para mí
la cultura es muy importante, es una de las cosas que con mis alumnos no ves
claramente. Ves que quieren dibujar mucho, que quieren saber más anatomía, más
perspectiva, etc… yo siempre les digo, saber dibujar mucho no te va a servir
para ganar dinero o para hacerte una profesión. Normalmente tú vas a un editor
y no le interesa lo bien que dibujas, ellos compran historias, no compran
dibujos. Sí que compran un dibujo bonito en Marvel por ejemplo, en las partes
del tebeo que son trabajadas de una forma más industrial; el que sea bueno con
los lápices hará lápices, otro hará las tintas… Pero si hablamos de un tebeo un
poco más a la europea, un trabajo más de autor, lo importante es que sepas
pensar y para pensar lo fundamental es que veas cómo han pensado otros señores
que se han planteado los mismísimos problemas que tú. Así se adquieren una
serie de recursos técnicos, por ejemplo, cómo utiliza el negro este señor, o
cómo no lo utiliza este otro, a nivel narrativo quién gasta silencios, quién
no, quién maneja tres historias en paralelo… Hay que ser consciente de todo
eso, ser un poco culto.
¿Entonces a mi quién me gusta?
Pues me gustan mil, porque a lo largo de la vida vas transitando. De pronto
descubres a Herniman y entonces Herniman te parece un Dios, así que lo absorbes
y aprendes de él; hasta que en otro momento descubres que hay otro autor, del que
también vuelves a absorber… Hasta que al final tienes una melaza general y en
un momento dado puedes decir, Johnny Hazard me flipa, en otro momento Mafalda,
o cualquier otro… Realmente no podría decirte, me gustan casi todos de una
manera o de otra, sería muy injusto decir unos pocos nombres porque los gustos
no son permanentes, van evolucionando según el momento.
Para
no robarte más tiempo ¿Qué nos puedes decir de proyectos futuros o presentes en
los que estés embarcado?
Pues no tengo nada definido en
realidad… bueno, sí que tengo algo decidido, que quiero hacer cosas con peso. Durante
mucho tiempo mi desarrollo profesional ha estado ligado a ver quién da el
dinero. Como te mencionaba antes somos tres y tenemos que sacar tres sueldos.
Personalmente no tengo problemas, tengo la casa pagada, pero tampoco necesito
pagarme un yate, mi hijo tiene trabajo, así que hago lo que me da la gana
totalmente y cuando alguien me plantea un encargo, si no me enamora, claramente
digo que no. Lo primero que sé es decir NO, cuando eres más joven no puedes
decirlo, estás obligado a llevar al niño al colegio, pagar las facturas, una
cosa y otra…
Después de esto me apetecía
hacer un poco de humor, pero por otra parte tengo tres cajones abiertos en los
que voy metiendo progresos, no sé cuál de los tres saldrá antes y también me da
un poco de miedo elaborar una cosa que aún no tengo cerrada, así que voy a
seguir haciendo narración que es lo que más me apetece, pero por ahora no puedo
concretar nada especial. Seguramente una de las cosas que más me interesa trata
sobre los años 30, una época que me parece bastante interesante, donde pasaron
muchas cosas interesantes; otra de las ideas es humor de jubilados, Helena y yo
haciendo risitas; y la tercera es una historia de fantasía con un guion de mi
hijo, pero ya te digo que estoy con las tres a la vez. Por ahora estoy
disfrutando de esta promoción del libro. Trabajar con este ritmo relajado,
acudiendo a presentaciones y decidiendo a dónde ir… qué más puedo pedir
(risas).
Pues
muchas gracias por tu tiempo Sento, esperamos volver a saber pronto de ti.
Gracias a ti hombre.
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Si deseáis conocer algo más del trabajo de Sento podéis hacerlo a través de su web. Como siempre, antes de despedirme, mis agradecimientos a Banda Deseñada por haber hecho posible este encuentro. Y por supuesto a Sento por su tiempo y amabilidad.
Roberto M. Lamosa
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