lunes, 28 de noviembre de 2016

La Mazmorra (Zenit)

La Mazmorra (Zénit)

Autores: Joann Sfar (guion), Lewis Trondheim (guion y dibujo), Boulet (dibujo).
Editorial: Norma Editorial
Formato: 48 páginas (cada número), color, tapa blanda.
Año de publicación: 2001 - 2010
Precio: 10€ (cada número).






Cuatro torres negras, la más alta de las cuales se divisa a diez jornadas de marcha. Una puerta de plomo oculta en lo hondo de los infectos pantanos. Kilómetros de pasillos tapizados de musgo y salitre. Escalas, montacargas, escaleras hasta las entrañas de la tierra. Es la mazmorra, mi mazmorra. Tenemos suficiente oro como para hacer palidecer a los obispos de Kitai, armas legendarias ocultas tras cada piedra, trampas en las que caería el mismísimo Grimtooth y monstruos a docenas… mi ejército personal. Aventureros de todo el mundo, en busca de riqueza y experiencia, se adentran en esta mazmorra para medirse con mis monstruos. Todos ellos con prisa por morir en mi morada.

En un alarde de creatividad e imaginación como pocos, el par de ases formado por Joann Sfar y Lewis Trondheim daría a luz este completo mundo de fantasía medieval conocido como La Mazmorra. Un mundo plagado de animales antropomorfos, poderosos guerreros, temibles hordas de bárbaros, hechiceros irresponsables, aventureros despistados, timadores, héroes de poca monta y las más extrañas criaturas jamás vistas, que se paseaban en un desfile continuado de humor absurdo y aventuras imposibles. Sin llegar a caer completamente en la parodia de la fantasía épica, el dúo de artistas franceses logró sacarse de la manga una de las más estables creaciones de la denominada nouvelle bande dessinée, destinada a un público sin restricción de edad.

Con Corazón de pato se daría el pistoletazo de salida a las aventuras y desventuras de Herbert de Vaucanson, un joven Duque despojado de su ducado, que por azares de la vida ha acabado trabajando en La Mazmorra, una suerte de peligroso parque temático al que intrépidos aventureros de todo el mundo acuden en busca de prodigiosos tesoros y frenéticas luchas que les colmen de gloria. Pero las torpezas del joven Herbert le llevarán a ocupar el lugar de un bravo guerrero fallecido por su culpa y al que deberá suplantar en una misión que le ha encomendado el mismísimo dueño de la Mazmorra, el frío empresario Jacinto de Cavallére. Esta será la excusa necesaria para iniciar las andanzas del inepto Herbert, en las que deberá lidiar con la tropa de seres que habitan Terra Amata, como Marvin el dragón rojo, un fiero guerrero enviado a vigilar los pasos del joven Vaucanson. Y es que la Mazmorra no es un simple lugar, es una propiedad muy preciada y un negocio de lo más lucrativo que deberá defenderse de todos los interesados que intentan hacerse con su control, ya sean demonios especuladores inmoviliarios, hordas de bárbaros, ranas ninja, dragones, burócratas, hechiceros timadores o jóvenes empendedores.

    

A este episodio inicial le seguirían El rey de la pelea, La princesa de los bárbaros, Sortilegios e infortunios, Un matrimonio separado y Regreso a bombo y platillo. Pero para no dejar lugar a dudas, hay que señalar que a pesar del tono de entretenimiento para todos los públicos de esta serie, La Mazmorra no es un relato plano y simplón. Su mundo ha ido creciendo de forma progresiva, con tramas que incluso dejaban asomar cierta sátira social, humor retorcido y sin tapujos y en las que sus personajes han podido evolucionar acorde con sus circunstancias a cada momento.


En la imagen: Zongo, Herbert el pato, Horus el nigromante, Jacinto el guardián de la Mazmorra, Alcibíades el mago, Marvin el dragón vegetariano y otras criaturas...

Guía de lectura.
Es cierto que la continuidad de esta historia se puede hacer algo caótica, dada la falta de linealidad con la que sus autores afrontaron el relato. A la serie central bautizada como Zénit, pronto le seguiría a modo de precuela la serie Amanecer, que narraba los orígenes de la mítica Mazmorra y su dueño Jacinto de Cavallére. Y a modo de cierre surgiría la serie Crepúsculo, que relataría la oscuridad hacia la que degeneró Terra Amata así como el destino de sus protagonistas. A ellas también habría que sumarles la aparición de las series Monstruos y Festival, que añadirían capítulos aislados que se intercalaban en medio de la saga principal. Pero de todas ellas ya hablaremos en otra ocasión. Mientras tanto y si deseáis consultar el orden cronológico de lectura, podéis hacerlo aquí.

Debido a la simultaneidad con la que se fueron publicando estas diferentes ramas de la historia, pronto Trondheim y Sfar se darían cuenta de la inmensa carga de trabajo que supondría completar dicha tarea, lo cual acabaría propiciando la incorporación al equipo artístico de otros dibujantes como Boulet, antiguo conocido de Sfar, que se encargaría del dibujo de los últimos episodios de la saga Zénit (entre otros). Y aun a pesar de lograr mantener el estilo estético de su compañero Trondheim, marcaría una ruptura visual muy evidente, caracterizada sobre todo por un dibujo mucho más perfeccionado y detallista que el de su colega, más dado a un estilo naif e intuitivo. En cualquiera de los dos casos, el apartado gráfico es uno de los mayores aciertos y de los grandes atractivos de esta gamberra saga de aventuras.

Desde el año 2001 ha sido Norma Editorial la encargada de publicar regularmente todos los números de la serie, en un formato de tapa blanda, a un precio que ha oscilado entre los 8€ y 10€ según el episodio. Y que a día de hoy aun podréis encontrar en las estanterías de vuestras librerías habituales.

En definitiva, podemos hablar de un título de lectura ligera, condenadamente divertido y que no se toma demasiado en serio a sí misma. Algo de agradecer en un género tan sobreexplotado y por lo general demasiado tremendista. Y por todo ello, esta semana quisiera concederle mi sello de aprobación del Capitán Latinoamérica.

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